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viernes, 23 de noviembre de 2012

MIS ANTIGUOS ALUMNOS ESCRIBEN DE NUEVO

JULIA ALANIZ nos escribe desde el IES Alpredete esta historia:

IMAGINA QUE UN DÍA TE LEVANTAS Y VES EL MUNDO EN BLANCO Y NEGRO

Imagina que un día te levantas y ves el mundo en blanco y negro…lo primero que haría seria deprimirme dado que los colores sirven para expresarse de muchísimas maneras como vistiendo, pintando o incluso comiendo. Pero paro no mentir, todo hemos tenido días en blanco y negro y hemos podido sentir lo que es  esa sensación que te inunda y te reconcome por dentro. Todo hemos deseado que se acabara; que el aire dejara de tener  ese aroma a humedad y a viejo, ese perfume a confusión y a represión que el color negro nos deja; cuando ya no podemos más, es en esa situación  que nos encontramos a alguien con un color tan resplandeciente que ni siquiera es color, algo que nos hace ver las cosas claras o un poquito menos oscuras, algo que nos transmite paz y seguridad asi como el color blanco.

Si tienes un día apagado, lo único que te puedo aconsejar es que mires el mundo con ojos de poeta, porque son siempre ellos los que les pueden sacar un lado bonito de las cosas, los que no se mueren al vivir toda su vida en días así, los que contemplan el orbe casi en tinieblas y en ocasiones le pueden dar la vuelta y ver  el mundo  con ojo de niño con ese brillo especial  lleno de ilusiones y desbordado  de color.

ASÍ SON LOS DÍAS EN BLANCO Y NEGRO UNA TURTURA, LA VERDAD ES QUE ME SIENTO AGRADECIDA DE VIVIR EN UN MUNDO LLENO DE COLORES….



                                                                                                                  Julia Alaniz

REDACCIÓN ALUMNOS 4º DIVERSIFICACIÓN

SILVIA GARCÍA TORRES
Yo era una niña muy ESCUÁLIDA , no me gustaba VISITAR a mi FAMILIA , porque sólo veía a mi abuela , que para comer tan solo me daba un GUISANTE , así estaba de ESCUÁLIDA.
A la hora de merendar mi abuela me ofreció un tomate para que se lo llevase al MENDIGO de enfrente de casa , siempre a simple vista parecía SALVAJE , al contrario , era muy TRANQUILO y simpático.
Ese día el MENDIGO tenía mala cara , POSIBLEMENTE la noche anterior se pillase un RESFRIADO bien gordo. Le regalé unos pañuelos porque posiblemente ya no lo vería más , pues quería irme  y que se quedase contento e irme a una ISLA , quería ver  e investigar un mundo nuevo .
Este señor me decía que no me fuese ese mismo día que por favor me esperase al día siguiente para poder ir conmigo y poder dspedirse de todo el mundo y no dejar que fuese sola... una niña pijita de mamá como el diría no se vadría supuestamente por sí sola.
Él SIEMPRE tan atento conmigo , no sé si sería que  me tenía mucho aprecio; claro, tanto tiempo  que llevábamos hablándonos, pues normal.
Al día siguiente este se ató  el único CORDÓN que tenía en esas botas horribles que llebaba. ¡Todavía me acuerdo! eran marrones y tenían muchas manchas y estaban demasiado desgastadas.
Nos marchamos, con la barquita que hicimos cuando yo era pequeña.
Tuvimos muchisímos problemas por el camino, nos cruzamos con tiburones y caballitos de mar que saltaban del agua. Después de un largo y arriesgado viaje, lleguemos.
VISITAMOS aquella isla y nos quedemos algo perplejos al ver que había un único ÁRBOL en aquella isla tan grande, fuimos a investigar aquello, nos resultaba extaño, muy extraño.
No sé ni el cómo ni el porqué pero todos los meses nos llegaba una REVISTA metida en una botella y con ella teníamos noticias de lo que pasaba en otros sitios y leíamos los cotillones.
No olvido aquel día , un día precioso hacía sol y estábamos felices; pero de repente vimos a un chico el cual traía la botella y como lo vimos no tuvo más remedio que descubrirse.
Comentó que era el hermano del MENDIGO y que estaba muy preocupado, que llevaba siempre cartas , por si algún día descubría alguien aquella ISLA y al ver que estaba su hermano se quedó perplejo. Aunque había un problema , nos quedabamos sin comida y el chico pensó ir a por semillas de TOMATE Y GUISANTES y podríamos hacer negocios con otros sitios.
El negocio nos fue muy muy bien , y todos juntos lo pasemos muy bien , los hermanos recuperaron el tiempo perdido.
HOY en día su hermano y yo hemos formado una FAMILIA y el hermano de mi amorcín cuida de nuestros hijos.
 

miércoles, 21 de noviembre de 2012

REDACCIÓN DE 4º Diver

Hace algunos años se produjo una gran nevada en un pequeño y tranquilo pueblo de la montaña. Al ser pequeño todos sus habitantes se conocían y eran como una gran familia.
Jacob, un chico de ciudad, no estaba conforme con la decisión de sus padres de ir al pueblo a visitar a sus abuelos. Cuando llegaron al pueblo, todos los habitantes estaban celebrando la fiesta del tomate, lo que alegró a toda la familia, excepto a Jacob, que solo le prestaba atención a la revista sobre coches que llevaba en las manos y que había comprado en una gasolinera.
Pasaron varios días, y Miranda, la hermanastra de Jacob, decidió salir a dar un paseo por el pueblo, y de repente se llevó una enorme sorpresa, se encontró con un pequeño perro escuálido y algo salvaje, pero supuso que sería porque se le veía bastante asustado, y posiblemente, esto fue lo que incitó a Miranda a llevarse a aquel perrito abandonado a su casa y darle algo de comer, ya que parecía hambriento.
Cuando llegó a casa con el perro, todos los miembros de su familia se encontraban en la cocina, unos preparando la cena y otros poniendo la mesa. Los que se encantaban preparando la cena decidieron preparar guisantes con jamón, el plato favorito de Jacob,que se encontraba en la cama, ya que como siempre que iba al pueblo se resfrió, pero eso no le impidió el ir por la tarde a buscar algún entretenimiento para los días que estuviese allí en el pueblo. Mientras iba por la calle se encontró con un grupo de chicos de su edad, y Jacob llamó su atención y se acercaron a él.
Después de un rato hablando, quedaron en encontrarse en el Patio de los Mendigos. De regreso a casa se encontró con un hombre que llamaba la atención porque llevaba un enorme cordón de oro y una chaqueta que decía: “Ríe hoy, llora mañana y lee esto todos los días”, frase que le llamó la atención y por lo que se fue riendo hasta llegar a su casa, que se escuchó a sus padres diciendo que querían ir a vivir a una isla poco habitada y llena de árboles y plantas, porque ese había sido siempre su sueño, y desde ayer se lo habían empezado a plantear en serio.

Sandra Chamorro

REDACCIÓN ALUMNOS DE 4º DIVER


El invierno llegó y con él una gran nevada. Hacía mucho frío, mientras me dirigía a casa por el camino de siempre me encontré un perro salvaje acurrucado en unos cartones y posiblemente sin familia. Era grande, marrón, con una mancha blanca en el cuello y estaba muy escuálido.Aquella noche no podía dormir, yo me había resfriado y pensé en cómo estaría el perro. Me levanté, me vestí, me até los cordones y fui a visitar el lugar donde vi al perro. Allí seguía, tranquilo y sin moverse del sitio. Desde aquel día fuimos muy amigos.

Ayer, jugando bajo el árbol como todos los días y observando a la ardilla que lo habitaba vino un mendigo loco con una revista en la cabeza en forma de sombrero y nos atacó a mi y a Rex. Hoy, yo, ya no quería salir a la calle y me quedé en casa jugando a las chapas con mi hermanastro usando un guisante de pelota. Mis padres fueron al veterinario a llevar una sudadera naranja con un dibujo de un tomate a Rex que se encontraba allí a causa del brutal ataque del del mendigo loco. Cuando volvieron nos contaron que Rex se había ido a la isla de los perros a vivir y ya no volvería. Nunca me olvidaré de él.

Sergio Garrido