BIENVENIDOS TODOS


sábado, 5 de noviembre de 2016

Los alumnos de 1º de ESO escriben...

Imagina que, como doña Truhana, tienes un objeto muy valioso que quisieras vender. el dinero que obtuvieras lo invertirías para que te diera beneficios. Escribe un cuento como el El conde Lucanor, que acabamos de leer, con el objeto que has imaginado.

Fael Callejas
Tengo dos gomas, pero no tengo un estuche donde guardarlas. Pienso coger una goma y cambiarla por un bolígrafo rojo, y como los bolis rojos son escasos en el instituto, los cambiaré por una regla y la regla por un paquete de colores, y los colores por el estuche deseado. 
Cuando fui a cambiar la goma, me dieron un boli sin tinta y...¡nadie va a querer un boli sin tinta!

Javier León
Yo Javi León un día estaba pensando en vender mi Ferrari, y con el dinero comprarme un Jet privado,  después lo vendería para tener más dinero y comprar una casa más grande para mi familia.
Pero ese día en el trabajo me llamaron de la alarma pues sonaba en mi casa...y cuando llegué ya no había Ferrari.

Bruno Sánchez
Tengo una Play 4 de 128PT con cuatro juegos, la vendo y me compro dos ovejas, dos gallinas, dos vacas, cuatro cerdos y una parcela. Con las ovejas hago queso, con las gallinas vendo sus huevos, con la vaca tengo leche y yogur, con los cerdos les dejo que tengan crías y cuando las crías sean mayores, hago bacon, cochinillo y chuletas de cerdo. Vendo toda la comida, me compro un coche, lo vendo por el doble y me compro una casa. 
Cuando iba pensando ene sto, me tropiezo en un puente con agua y la Play4 de 128 PT, con el Fifa 17, el Uncharted y el call of Duty Kops3 y el Resistente 4...se me cayeron al agua...

Robert Robles
Érase una vez que tenía un colgante de oro. Entonces pensé venderlo y comprar un coche para venderlo después más caro y comprarme una granja para venderla y comprar una casa, y venderla para comprar un hotel y venderlo para comprar una parcela y construir allí mi casa y gritando de felicidad, vinieron dos hombres y me lo robaron.


domingo, 9 de octubre de 2016

Inicio del curso 2016-17

¡Hola a todos!
Este año tenemos muchos proyectos y espero que todos participéis.
¡Mucha suerte este curso!

lunes, 30 de mayo de 2016

Concurso literario Francisco Ayala



ACCÉSIT CUENTO
AROA COCA 4º ESO B
Pensamientos “más que humanos”
Me persiguen... voy a asegurarme de que les he dejado atrás... Noo! Auch! ¿Qué es esto? Parece un estercolero, pero, huele a... ¿Tostadas?
Abro los ojos y veo mi cama, siguiendo ese rico aroma voy hasta la cocina y, para mi sorpresa, veo que César está haciendo el desayuno. Entonces, voy hacia él y, con un beso, le doy los buenos días. Así, me dice que ya me ha preparado el desayuno y, yo, feliz, voy directa hacia mi plato. ¿¡Qué!? ¡Otra vez no!... Siento decirlo, pero este desayuno es repugnante. Siempre igual... empeñado en ponerme pienso, porque "Está muy rico" y "Cuida tus encías". Ya podía darme un trocito de su tostada o...  ¡qué narices!, darme una entera a mí también, con el mejunje ese que le pone a la suya. Pasado un ratito, me dice que nos vamos a pasear, ¡Por fin! Cómo les cuesta salir a caminar a estos humanos. Nada más salir, nos cruzamos con la vecina y su humana ¡Vaya pintas! Las dos con sus vestiditos ceñidos y sus colgantes de perlas gigantes, creyendo ser las “divas del lugar”. Ahora que lo pienso, tengo mucha suerte con César, la verdad es que es un humano de lo más majo y normal (si es que hay humanos normales).  Cuando estamos yendo hacia el parque, mi humano comienza a hablar con una amiga suya, y yo, aburrida, espero sentada a que se acabe la conversación. De repente, ella me acaricia (parece una humana educada) y... ¿Qué es eso que tiene en la mano? ¿Una galleta? Ay, qué bien, que rica está. Esta sí que es una humana hecha y derecha, espero que veng... ¡Uy! ¿Y éste quién es?... Ahá, sí... Así que, ¿hay un pajarito herido por allí? Vamos, te acompaño. Así, cuando voy a acompañar a mi nuevo amigo, noto cómo me tira la correa, y, aunque protesto, César no quiere desatarme. ¡Jopé!¡Por qué me tienen atada? Los niños son los que necesitan que les aten, y no los perros, que  nos portamos todos como unos señores.
De vuelta a casa, vemos cacas distribuidas por la calle, al igual que un museo, cada una con su tamaño y color. Y como ningún humano las recoge, ahí se quedan, ¡por los siglos de los siglos! Entonces, llegamos a casa y, así, de repente, César comienza a decirme “En qué estaréis pensando vosotros” ”Si supieseis hablar…”. Y yo le contesto: Quién dice que no sepamos hablar, lo que pasa es que los humanos no sabéis escuchar. 


FINALISTA CUENTO
ALBERTO SANDINO 4º C
En un mundo
En un mundo en el que se es penalizado por ser feliz, en el que todo está en tu contra en cuanto empiezas a pensar, hay gente emprendedora: gente con ambiciones, proyectos y ganas de trabajar para cumplir sus objetivos personales.
Opino que esta gente es realmente admirable, no por el simple hecho de tener, lo que viene siendo, los cojones más grandes que sus propias cabezas, sino por su fuerza psicológica. Con esto me refiero a todos esos ídolos ocultos marginados socialmente por ser denominados, por supuestos triunfadores, fracasados. Escribiendo esto me he acordado de la historia de un viejo amigo, tápate los ojos si eres sensible, y tápate la boca si no entiendes la palabra injusticia.
Según mi amigo Lulo (así le llamaba yo, ya que su nombre era prácticamente imposible de pronunciar para mí), África es un continente realmente duro. Y él conocía perfectamente este hecho. Qué intrigante soy, ¿cómo lo sabía? Bueno, supongo que la cara que Lulo puso mientras me contaba que tuvo que matar a su hermana pequeña, a la cual estaba cuidando como podía tras el asesinato de sus padres, con sus propias manos, se explicó por sí sola para mí y, sinceramente, no sabría describírtela. El verdadero dolor no es algo que en esta sociedad conozcamos, así que me es imposible compararla con algo conocido de nuestro entorno.
Otra curiosa idea que me contó fue la de que “España es el paraíso”. El hombre se pensaba que llovería dinero nada más llegar a Europa. Da para chiste.
El caso es que, pensando esto, Lulo decidió venir a España a pie, braza o, en general, como pudiera. No voy a contar cómo fue su viaje porque no es la parte de la historia con la que quiero hacerte llorar, pero ya te imaginas lo que hay que pasar para venir desde Nigeria hasta Málaga.
Total, el tío llega a las playas de la zona de Marbella (buen sitio para esperar que te caiga dinero del cielo, ¿no?), y como, por suerte o por desgracia, es humano, tenía hambre, sed y sueño. Mientras decidía qué buscar antes, si una cama, agua o comida, lo cual es un gran dilema, notaba que unos hombres trajeados le miraban con desprecio. Cuando me contó lo que llevaba puesto en ese momento pude entenderlo.
Me enrollo, mejor voy al grano. Se tumbó en un banco, el sueño había ganado la batalla. Qué mejor despertador pudo tener que a un policía pidiéndole algo de unos papeles. Así es como encontró comida y agua: en la cárcel. Brillante idea.
Me siento un poco “yocentrista” hoy, así que voy a contar qué estaba haciendo yo ese día. 
Un director de empresa como yo era tiene dinero con el que, en sus dos horas de tiempo libre semanal (nótese la ironía), puede hacer lo que le apetezca. Qué mono mi hijo que quería ir de excursión a la cárcel, a ver cómo vivían los perdedores. Por cierto, ahora estoy divorciado, en parte por la educación que mi mujer le estaba dando a nuestro retoño en mi ausencia.
Como iba diciendo, fuimos mi hijo y yo a la cárcel de visita, solos.
Allí conocí a Agbapuonwu, es decir, Lulo. Yo, desde la curiosidad y, mi hijo, desde la arrogancia, pedimos a los guardias permiso para visitarle. Mi filosofía del momento era: “Vive y no dejes vivir, tendrás éxito aunque por la noche no puedas dormir”, así que lo que hice en la reunión fue, básicamente, intentar ponerle incómodo con duras preguntas realmente racistas y, resumiendo, asquerosas.
Él no entendía nada, su idioma era el inglés, así que fue un intercambio de gestos interesante aunque, pensándolo, bastante estúpido.
Cómo iba a pensar yo en que un triunfador emprendedor como yo iba a compartir celda con él unos días más tarde, tras el descubrimiento de mis estafas al Estado y a otros empresarios.
En la celda 17, Lulo me empezó a contar su historia en el experto español que yo le intentaba enseñar.
Esto duró poco, con mis abogados (ejem, sobornos al juez, ejem) me libré de la condena y decidí pagarle la fianza a mi nuevo y único verdadero amigo, para contratarle, conseguirle sus papeles y vivir felices.
Eso tampoco duró. El hombre ya tenía sus papeles, pero el problema esta vez fue la quiebra de mi empresa. Ante esto, mi mujer me pidió el divorcio y mi hijo me miraba con desprecio. Qué merecidos tiene los 90 kilos que pesa por comer por estrés y la marginación que sufre por pijo en su nuevo colegio público.
Lulo y yo viajamos a Madrid, en busca de una vida mejor.
Y aquí estamos, pidiendo limosna en el metro. Qué suerte que alguien ha perdido el ordenador y he podido escribir esto para pasar el rato. La cara de asco y pena de la gente que pasa a nuestro lado me recuerda a la que yo ponía cuando estaba en su lugar. A ver si aquí hay Wi-Fi y le mando esto a mi exmujer, como experimento, a ver si es sensible o es otra “triunfadora”.
Lector, amigo mío, seas mi exmujer, seas una amiga a quien ella le ha pasado este texto, seas mi hijo o seas su nuevo novio, te voy a decir algo. Tú llamas triunfo a ser un exitoso saco de sucio dinero. Yo llamo triunfo a poder irme a dormir por la noche y levantarme por la mañana con una sonrisa en la cara, y a sentirme bien conmigo mismo.
Atentamente, el vagabundo del metro que te da la sonrisa más sincera que has visto en tu vida por el simple hecho de darle una de tus asquerosas monedas.

GANADOR MICRORRELATO
HANNA ALONSO 4º A
Oscuro sentido


Y sin saberlo, todos estábamos encerrados en ese alargado y estrecho espacio en el que acababa de nacer el caos. No podíamos movernos, ya que debíamos “permanecer sentados”. Estaba empezando a notar la falta de oxígeno, y según corría el tiempo estaba más segura de lo que pasaba, deseando que no fuera verdad. Intenté concentrarme en otra cosa, cuando entre todos los gritos y llantos observé algo que me llamó la atención. Un niño moreno de camisa verde permanecía quieto y tranquilo, sin señales de miedo alguno. Le sujetaba la mano a su madre que por el contrario, tenía una expresión de espanto en los ojos. Continué estudiando al niño cuando una fuerte turbulencia hizo que el avión se moviera bruscamente de un lado para otro. Me asusté y me sujeté fuertemente a mi asiento. Me acordé del niño, y volví la mirada hacia él. Nada, ni pizca de miedo. Intenté averiguar lo que estaba pensando, pero era imposible. El siguiente movimiento del avión me hizo intuir que ahora nos encontrábamos cayendo en picado en dirección al suelo. Por alguna razón miré por última vez al chico, pero esta vez me devolvió la mirada. Y fue en ese momento cuando me di cuenta de que él ya sabía que estaba muerto.

ACCÉSIT MICRORRELATO
AROA COCA 4º ESO B
Historia de un Alguien

Hace tiempo oí que, para no quedar en el olvido, debías plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo. Es decir, que para ser Alguien en la historia, esos son los pasos a seguir. Pues bien, déjenme que les explique... Yo, otro Alguien ya perdido en la memoria de mis antepasados, una vez cumplí estas tres metas. Entonces, pensando que podía morir tranquilo, llegó la tan famosa Guerra Civil, al igual que llegan las pulgas, que, al principio, una parece inofensiva, pero, cuando se juntan, pueden llegar a matarte. Así, sin quererlo, se llevaron al primero de mis amores, mi hijo, que murió poco después de marcharse, fusilado por los fascistas. Con el hambre, el frío y la desesperación, mi mujer y yo decidimos quemar el libro, para así poder calentar la comida y a nosotros mismos. Se preguntarán qué paso con el árbol, pues bien, el día en que supimos lo de nuestro hijo, pude ver un cuerpo colgando y, al acercarme… al acercarme, pude ver el rostro blanco de aquella a la que hube amado durante tantos años.
Al morir, no me dio miedo ser olvidado, solo me daba miedo recordar. 


FINALISTA MICRORRELATO
MARTA CIANCAS 4º ESO A
Mi cárcel

Estoy encerrada en una cárcel. Una cárcel que yo misma cree, y en la que yo misma me encerré. Una cárcel que me envolvió hasta crear la perfecta coraza tras la que ahora me escondo. Una cárcel que elimina cada sentimiento y que me hace ver desde el exterior como la persona que quiero ser aunque no pueda. Una cárcel que confunde a la gente, cuando, de ese pequeño hueco en la pared, sale un resquicio de lo que llevo dentro. Una cárcel que es a la vez prisión y protección. Una cárcel que amo y odio.