BIENVENIDOS TODOS


domingo, 23 de noviembre de 2014

LOS MICRORRELATOS DE 1º DE E.S.O.

Ignacio Melendo
Un general se va a la guerra y promete a una mujer que se casará con él. El general le da un anillo a la mujer diciendo:
"Si no me caso contigo el 1 de noviembre ven y mátame". 
El general se olvidó de la mujer y el 1 de noviembre desapareció la mujer y el general y lo único que se encontró fue un anillo.

Blanca Martínez
Estaba allí reciente y solo. Lo único que quería era compañía, que alguien le arrancara de la madera fría.
Pasaban los años pero él seguía ahí tan mohoso y asqueroso como siempre.
Debía tener ya casi 40 años cuando el mismísimo profesor lo quitó de donde lo dejó ese 20 de mayo.


Lucía López
Otra vez, la puerta estaba abierta . Estaba segura de haberla cerrado. Me dirigí rápidamente a la  cocina. En el cesto de la fruta faltaban piezas. ¡Cómo era posible! Me di la vuelta y le vi, al conejo ¡Mañana te compro una jaula nueva!

Klaudia Moles
El sol se  escondía  tras las  ramas, cuando ella revoloteaba entre  las flores  en busca de algún bichejo  distraído, hacía  semanas   que no  comía y ahora que se había  acabado el invierno podía salir de su nido, se oyó un gran disparo en el bosque y la golondrina cayó herida, haría falta magia para que volviera a la vida.
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¡Corred siete enanitos, corre cenicienta, corred hadas, corred piratas, corred bosques encantados, corred libres mariposas, corred malvadas brujas ,corred pociones mágicas y corred dulces sueños!... que con este cuento nos vamos a la cama.





domingo, 16 de noviembre de 2014

Palabras furiosas, amantes, neutrales, tristes, mágicas


Las palabras nos ayudan a expresar nuestras emociones como la furia,el odio cuando me enfado con mis hermanos ,la ira al enojarse... Pero también hay palabras bonitas y mágicas que al juntarlas son preciosas: el beso del novio, la vida con amor, los regalos de navidades o los cumpleaños en el paraíso... Pero también, están las tristes,que esas me dan ganas de llorar : la soledad o el abandono, el maltrato... Y las que no significan nada como: hoja, lápiz, papel..
LUCÍA LÓPEZ


En un lugar de este mundo, habitaba una tribu, que decían que una historia  literaria se disfruta, cuando tus amigos y un enemigo  tuyo  comen cookies en la cama, en un sofá o encima de la mesa.

Los profesores en los colegios usaban la pizarra y el boli para escribir una historia cada uno de los alumnos,  era como un examen pero no podía estar suspenso.
El libro era sagrado, quien lo maltrataba caía  bajo la maldición... de que una bruja roñosa, cuyos poderes consistían en robarle la felicidad de los humanos porque cuando venía el buen tiempo cogía un gran enfado y lo que antes era alegría después era: injusticia, robo y pobreza.Y para poder librarte de la maldición debías entregarle tu amor dándole un beso con cariño y una caricia.

KLAUDIA MOLES 

Las palabras sirven para expresar cómo estás. Si por ejemplo tú dices: tristeza, depresión, soledad, melancolía o desesperación se sabe que estás triste Pero si tú dices odio, desprecio, enfado, venganza o ira, se sabe que estás enfadado. Sin embargo, si tú dices pintura, papel, hoja, tijeras o lápiz, no significa nada, no expresa como estás. Pero ¿y si tú dices Navidad, sueño, Nochevieja, Nochebuena o Reyes?
SARA MAS 

En un país de cuyo nombre no me acuerdo, nunca se cuentan las historias enfadados, rabiosos, vengativos ni por supuesto decepcionados porque si no acabamos todos llorando. Se cuentan con felicidad, así las historias son de brujería, hadas, abrazos y duendes. No hace falta tener un papel y un bolígrafo para contar una historia, hace falta tener IMAGINACIÓN.
LUCÍA HERNÁNDEZ GIL

lunes, 6 de octubre de 2014

Jugando con las palabras en 1º de E.S.O.

Inventa una historia, de no menos de quince líneas y en no más de 45 minutos, en la que aparezcan las siguientes palabras: arboleda, paraíso, lentejas, abuelos, aquí, hipopótamos, salud, hablando, reino, amistad, encierro, soldado, pobre, antiguo, cercano, no, puede, llegada, pueblo, leyenda.

Pedro Ortiz. 1º C
El otro lado de la luz
Me llamo Frank aunque mi único amigo me llama Frik. Mi amistad con Josh es extraña. Josh no es un niño normal, ni un soldado del rey, no es pobre, ni tampoco rico, solo es feliz. Josh es un alma perdida en nuestro mundo, sí como un fantasma, por así decirlo. No es malo como lo describen mis abuelos. Lo conocí con cinco años. Estaba en una arboleda y entonces le oí gritar fui a ver qué pasaba y cuando llegué a donde estaba dejó de gritar y sonrió. Siempre le he dicho que quiero ir con él a su reino pero él me dice: “Frik el otro lado de la luz es difícil de ver, solo llegarás a él si…” Y no me dice lo último.
Yo creo que si me encierro en mi cuarto y pienso… sabré la verdad, puede que se trate de un portal antiguo, cercano a mi casa, o que esté en mi pueblo.
Aquí en la tierra no puedo ver a Josh. Josh dice que mi abuela parece un hipopótamo. Josh y yo siempre estamos hablando, saco el tema de su mundo y se va. El es una leyenda o eso dice, estornudo y le dije: “salud”.
Me fui al pueblo y entonces Josh me dijo: ¡¡¡ Cuidado !!!
Vi un coche acercarse rápido a mí y después, vi, una luz. Y vi a Josh esperándome, llorando. Escuché a mis padres gritar y a una ambulancia pero solo quería cruzar al paraíso con Josh,

AL OTRO LADO DE LA LUZ.

Diego Orive. 1º C
El próximo fin de semana iba a visitar a mis abuelos, ya que mis padres se iban con unos amigos de Quito (capital de Perú) al Reino Unido.
Yo, el sábado trece de octubre, iba a ir con mis abuelos al paraíso animal, al zoo. El viernes me dejaron en su pueblo. La llegada fue apacible ya que el paisaje me encantaba. Mis padres se fueron nada más llegar  y yo  degusté las ricas lentejas de mi abuela. El pueblo era muy antiguo y tenía mucha curiosidad por saber lo que había allí. Vimos un pobre soldado y nos contó una leyenda un poco aburrida de la procedencia de esa pequeña aldea que mis abuelos no recordaban o no sabían. Al llegar a su casa, estilo americano, me senté en una arboleda de olivos a escribir a Miguel, una amistad que había hecho en el colegio y que aún conservaba.
Al día siguiente, salimos a las 11 de la mañana hacia el zoo. El camino fue tedioso ya que había atasco y tardamos algo más de lo previsto. Al llegar,  tras hacer 25 minutos de cola, entramos y vimos un animal que me llamó mucho la atención: el hipopótamo, un animal grande, robusto y muy pesado. Un señor que provenía del Congo nos dijo que era el animal más peligroso de África.  Luego me acerqué a una máquina expendedora de bebidas ya que estaba sediento y me dijo el aparato: “No puede comprar”. Resultaba que estaba rota. Yo andaba de aquí para allí buscando a mi abuelo que había ido a comprarme una Fanta.
Después de beber, nos acercamos a ver los elefantes. Había dos, uno de ellos tenía problemas de salud.

Ya en casa de nuevo terminé ese día fascinante hablando con mis abuelos. Y ya en la cama me acordé del cuidador de animales, que decía: “ya encierro yo a los gorilas”, quién fuera cuidador de animales.

Carlota Atela. 1º C

Hoy vamos a pasar el fin de semana en casa de mis abuelos. Mientras en el coche estábamos hablando de las ricas que hace mi abuela las lentejas, puede que esas lentejas sean más pequeñas, pero están riquísimas. A la llegada del pueblo vimos a mis abuelos en la puerta esperándonos. Cuando nos bajamos del coche les dimos dos besos y entramos en la casa era bastante bonita, a mí me gustaba mucho ir, también porque tengo una amistad desde hace muchos años con Sergio, un niño de allí del pueblo. Cuando terminé de comer fui a buscar a Sergio, le dije que había en el bosque un sitio muy bonito con sus arboledas. ¡Vamos, era un paraíso! Sergio le puso al bosque el reino del hipopótamo, cerca había un castillo con un soldado en la puerta de escultura. Sergio me dijo que aquí en el castillo uno de los sirvientes era pobre y por eso trabajaba sirviendo al rey. Por eso le conté yo una historia que me contó que mi abuelo empieza así: hace muchos años vivía un rey y una reina con sus tres hijas, el rey le dijo a uno de sus trabajadores. –Si no puedes ir a por frambuesas al río, te encierro con los leones, por eso el trabajador iba peor de salud pero al rey le daba igual. Por eso dice la leyenda que si cada cuatro años no vas al río a por frambuesas te pondrás enfermo.

Lucía Hernández. 1º C
El día después de reyes toda la familia fuimos a comer a casa de los abuelos. Cuando llegamos allí estaban el abuelo y la abuela cocinando unas lentejas, a todos nos encantaban las lentejas pero sobre todo como olían, parecía un paraíso . Entre todos pusimos la mesa: 
-¿Dónde están las cucharas ?- preguntó mi hermano. 
- Aquí - le contestó mi padre.
Nos sentamos a comer, estábamos todos hablando de que nos habían regalado. 
-Abuelo, cuenta algunas de tus historias. 
- Vale, pero no me interrumpáis y escucháis todos: 
Érase una vez, en un valle muy cercano, no, puede que lejano, un pueblo muy antiguo, tranquilo con un rey, con una salud estupenda. 
Un día el rey puso un cartel: 
"Busco a un soldado inteligente y hábil, para ello deberá pasar unas pruebas, las cuales empezarán mañana. En el castillo". 
               Firmado: el rey 
Al día siguiente, fue la llegada de muchos soldados de todas partes con sus caballos, armaduras, espadas ... pero había uno en especial que no tenía de nada parecía pobre . La primera prueba consistía en atravesar una arboleda  de un extremo a otro y llegar antes del atardecer, en esta prueba se eliminaron los que no sabían orientarse y los más débiles, pero el hombrecillo seguía en pie . Todo la gente hablaba de él, de cómo podía seguir con lo débil y pobre que era. Ese chico se llaman Juanjo. Venía de una familia del Norte, pero era muy listo y apreciaba mucho la amistad. Las siguientes pruebas las pasó sin esfuerzo; cruzar un río llenos de hipopótamos, la prueba del encierro que consistía en permanecer encerrado sin comer ni beber hasta que uno se rindiese . Ya sólo quedaban dos dos, Juanjo y otro caballero. La última prueba consistía en contestar una pregunta, una pregunta que Juanjo acertó. Juanjo fue soldado durante muchos años, el mejor del reino. Dice la leyenda que todavía siguen llegando soldados para intentar superar las pruebas, pero nadie lo ha conseguido con su destreza.
- ¡Abuelo , me ha encantado ! 
Todos aplaudimos ¡nos había encantado! 


Sara Mas. 1º C
En verano, hicimos un viaje con mis abuelos en barco por el Caribe, a una isla que decían que era un paraíso. Ellos fueron hablando todo el camino sobre la isla y decían que era muy agradable, que el agua era cristalina y que había tiburones. Decían que era una isla desierta y que sólo podían ir barcos. Esa noche hubo una horrible tormenta y mi abuelo nos dijo:
-Puede que no lleguemos a la isla y naufraguemos, poneos los chalecos salvavidas y coged provisiones.
Efectivamente el barco naufragó. Se chocó con una roca cerca de la orilla y conseguimos llegar nadando. A la mañana siguiente miramos las provisiones que teníamos: una lata de lentejas precocinadas, una barra de pan mojado y una manzana. Esas eran nuestras provisiones.
-Pero aquí en la isla, dijo mi madre, hay cocos y plátanos y podemos comer a base de eso hasta que alguien nos rescate. Por ello mi padre y yo, nos adentramos en la arboleda a buscar comida para sobrevivir. Allí había un  lago y en él había pájaros e hipopótamos. Yo vi al fondo un pico, como el de una torre. Se lo dije a mi padre pero él no me creyó porque no lo veía. Así que esa noche me adentré en la isla y descubrí un reino dividido en pueblos que estaban todos cercanos entre sí, y yo me colé en el pueblo más cercano. Allí hacían algo muy curioso en las fiestas de ese pueblo. Hacían encierros y el alcalde contaba cada día una leyenda al pueblo. Pero había una cosa mala. Había gente a la que no le gustaba eso y se rebelaba contra el alcalde. Sobre todo era gente pobre, no sé por qué, y los soldados tenían que arrestarlos a todos y meterlos en la cárcel. También me fijé en que el palacio era muy antiguo y se caían trozos de pared de vez en cuando. A la llegada al pueblo hice amistad con muchos niños que me contaron una cosa horrible: allí no había medicinas y el rey tenía muy mala salud y pronto moriría, pero justo en ese momento oí unas voces que decían: ¡Sara, Sara, Sara!.  Era mi padre despertándome y diciéndome que era viernes y que tenía que levantarme porque si no, no llegábamos a la ruta.



viernes, 19 de septiembre de 2014

Jugando con las palabras en 2º de E.S.O.

Escribe, en 40 minutos,  una historia en la que aparezcan las siguientes palabras: cocodrilo, guisante, amarillento, párpados, sombrero, estación, maravilloso, estrépito, mantel, manta, simpático, remaron, no, alguno, sorpresa, llovía, saltó, rana, autopista, arboleda.

Pablo Santos. 2º A

Había una vez, un granjero que vivía apartado del mundo, sin móvil, wi-fi, autopista…Se dedicaba al cultivo de guisantes. Cerca de su casa había un lago. Al día siguiente comenzaba la estación de recolecta.
Por la mañana se despertó temprano y vio que se había quedado sin guisantes, habían desaparecido, este se quitó el sombrero y se echó al suelo a llorar. Supuso que alguno de los cocodrilos del lago se los habían comido. Por la tarde su mujer y él cogieron una barca y remaron hasta la orilla de una arboleda, ahí salió algún cocodrilo pero estaba muy lejos para darle. Esa misma tarde el señor se sentó en una silla que se encontraba en el porche. A medida que avanzaba la tarde este fue cerrando los párpados poco a poco hasta quedarse dormido. De repente saltó de la silla debido a un estrépito, era una tormenta y para su sorpresa en aquella tarde que llovía mientras los cocodrilos se comían guisante a guisante.
Su mujer, simpática y maravillosa, le invitó a entrar. Después le arropó con una manta a cuadros que más bien parecía un mantel. Por la mañana del día siguiente, con la cara amarillenta debido al resfriado, veía desde su ventana el lago de los cocodrilos, solo se contemplaba alguna rana.

Rubén Juidíaz. 2º A
Año 2050

Mi nombre es Richard Hamilton. Llevo 5 años sobreviviendo bajo una estación de metro. El mundo ya no es lo que era, antes llovía de vez en cuando, ahora llueve todos los días lluvia ácida, así que hay que vivir aquí abajo.
Vivo con mi simpático amigo Jim, cazando ratas y animales horribles y bebiendo el agua que aún queda limpia de los baños de la estación. Pero en el día que te voy a contar esta historia, sucedió una sorpresa en nuestra dura vida.
Era un día como otro cualquiera, Jim y yo estábamos buscando suministros en el botiquín cuando oímos un estruendoso estrépito cerca de la entrada. Acudimos y vimos que la puerta de acero atrancada por nosotros se había abierto.
No entendíamos cómo había sucedido, así que salimos y contemplamos un amarillento Sol, que debido  a que no lo habíamos visto desde hacía ya 5 largos años , nos obligó a cerrar los párpados. Al abrirlos de nuevo vimos una rana, el primer ser vivo de la superficie. 
La autopista que pasaba la por la izquierda de la estación estaba llena de coches estropeados y vacíos. Jim saltó de júbilo al ver este hermoso paisaje, ya ni recordábamos la superficie.
Se puso su sombrero de paja y fuimos hacia un lago cercano de la estación. Era maravilloso salir de las profundidades, fuimos a por un mantel para hacer un picnic y una manta para pasar la noche fuera. Cazamos un cocodrilo desprevenido y lo asamos.
Jim abrió la lata de guisantes y un guisante cayó, pero poco duró ya que bajó a toda velocidad un gorrión y se lo adjudicó como merienda.
Pasamos la tarde allí, riendo y conversando sobre lo increíble que era esto. Pero de repente les vimos, estaban remando por el lago, aún buscaban supervivientes.
Después  de lo que le habían hecho a toda la humanidad no tenían suficiente.
Fuimos corriendo hacia una arboleda cercana, debíamos huir del gobierno.

María Solera. 2º A
Una noche de lluvia, tumbada en mi cama, tapada con una manta de pies a cabeza cerré los párpados y me sumí en un profundo y maravilloso sueño, en el que había un simpático cocodrilo de color amarillento con un sombrero en la estación de tren, cuando de repente se oyó un estrépito, como si una gran cantidad de agua se acercara y las vías se inundaron como si fueran un río. Entonces el cocodrilo sacó una pequeña barca y se montó en ella. Ya iba a salir de la estación cuando una rana se le acercó y le pidió que la llevase con él. Remaron y remaron hasta llegar a una arboleda al lado de una autopista donde había un guisante. La rana saltó a la autopista para cogerlo y se llevó una sorpresa al ver que era de oro. Se lo enseñó a su amigo muy emocionado y sacaron un mantel para 
sentarse en él y ver que hacer con el guisante. La rana intentó comérselo, pero no pudo . El cocodrilo intentó romperlo con sus enormes colmillos, pero algunos se le rompieron. Ya sin saber qué hacer con el guisante, la rana decidió enterrarlo para ver qué pasaba y después de un largo rato creció un árbol  de oro, cuyos frutos eran guisantes también de oro y se hicieron los más ricos de la ciudad.

Alba Colmenarejo. 2º A
Un día,el llamado ''Juan el simpático", recibió un maravilloso regalo: un viaje a África con todo incluido. Rápidamente saltó de la alegría que le había producido. Cogió la maleta y empezó a meter toda su ropa de verano, incluido un bonito sombrero amarillento. Salió de su casa y notó que llovía fuera, así que cogió su chubasquero. De camino al aeropuerto,yendo por la autopista, se le cruzó una enorme rana que hacía un extraño estrépito. Llegando al aeropuerto, se cruzó con su amada María, de repente la expresión de Juan cambió: esa chiquilla morena, siempre conseguía abrirle los párpados de par en par, y cuando le veía unas mariposillas incómodas inundaban su estómago. Llevaba una pequeña manta en la mano, y por la otra, para sorpresa de Juan, agarraba la mano de un alto, viejo y robusto hombre. Juan no entendía aquello.bCómo una chica tan bonita, amable y simpática podría estar con alguien tan viejo y peludo. Juan decidió pasar del tema y cogió su avión. En el asiento de delante había un niño que tiraba los guisantes de su comida hacia atrás. Un guisante golpeó el ojo derecho de Juan, mientras otros acababan chocando contra su nariz. Por fin llegó a África, se dirigió a su hotel y a continuación a un pequeño coche, donde el conductor le llevaría con más gente a un safari. Llegaron a un río donde había una barca, se subieron y remaron durante 15 minutos, cuando de repente,un enorme cocodrilo golpeó la barca y una señora que llevaba una especie de mantel, aterrorizada, se lo tiró a la cabeza.Juan cansado, llegó a la estación de coches de transportes y taxis, donde cogería uno para volver a su hotel.

Nacho Escalonilla. 2º A


Estaba el cocodrilo en la estación haciendo el top manta cuando sonó un estrépito en la parte de atrás y aparecieron los policías comiéndose un guisante, y al ver al cocodrilo dijeron “oh no, un cocodrilo pegarle con el mantel”. Acto seguido una rana saltó a por el guisante del policía y el cocodrilo huyó remando entre la lluvia, porque llovía mucho, era una lluvia maravillosa.
Años más tarde nuestro simpático amigo (amarillento por la edad) estaba en la autopista intentando cruzar, pero tenía miedo de que alguno de los coches le atropellase, cuando de repente aparecieron los policías y dijeron “oh no, un cocodrilo pegarle con el sombrero” al cocodrilo se le abrieron mucho los párpados porque la sorpresa de ver allí a los policías casi le deja sin respiración, así que rápidamente nuestro simpático amigo huyó hacia la arboleda y en cuanto llegó se comió a todos los policías.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

Eduardo Ortega. 2º A

Aquel día del mes de mayo, estaba en la estación de tren como siempre, para ir a trabajar, cuando de repente un estrépito me hizo darme cuenta de que había llegado el tren. En el trayecto, pude observar que el tren pasaba por un lugar maravilloso. Había un lago enorme con un cocodrilo amarillento, con los párpados de color celeste. También había alguna arboleda, cuando para mi sorpresa se puso a llover. Me tapé con la manta que había traído y vi la autopista que indicaba que ya estábamos llegando. Al bajar del tren me encontré con una rana que saltó a mi maletín, pero como llovía tanto tuve que salir corriendo y la perdí por el camino. Al llegar a la oficina, mi jefe, un hombre simpático con su peculiar sombrero negro de paja, me llevó al comedor. Ya en la comida, se me cayó un guisante al precioso mantel con florecillas naranjas pero rápidamente lo volví a meter en el plato. Después de acabar mi jornada laboral fui con alguno de mis amigos a disfrutar de las canoas a un bonito lago. Ya en la canoa yo no quería remar por lo que mis amigos remaron. Llegué a casa hecho polvo esperando con ganas el fin de semana.