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lunes, 26 de diciembre de 2011

LA ABSURDA OBSESIÓN DE JULIA

Aquella mañana Julia nada más levantarse de la cama con una sonrisa de oreja a oreja se miró en el espejo. Su cara cambió en segundos, ella notaba cómo su pasión por la comida cada vez le hacía estar más gorda.
Con las manos sudorosamente sudorosas y las lágrimas cayendo sobre sus mejillas rojizas, Julia quería dejar de comer QUERÍA ADELGAZAR. Y aquella misma noche empezó con su dieta, ella quería que fuese su secreto su gran secreto ya que si se lo contaba a alguien no la entenderían y se reirían aún más de ella. Ella estaba realmente delgada pero esa absurda idea de que estaba gorda a Julia cada día le abrumaba más.
Julia sabía que comer tanto muchas veces no era lo mejor, y encima tenía que oír cómo todo el mundo se reía de ella en realidad eran imaginaciones suyas; se pensaba que todo el mundo la insultaba, la señalaban y se reían de ella pero no era así. Ella ya no aguantaba más y a la mañana siguiente decidió contarle lo que le pasaba a su madre, ya que nadie mejor que ella la entendería tan bien, ya que su mejor amiga cuando más la necesitaba la dio de lado y ella sabía que en su madre podía confiar y que la ayudaría de verdad. Le contó todo lo que le estaba pasando y su madre le dijo:
"Cariño, no importa cómo estés, lo que verdareramente importa es cómo eres y la gente te quiere tal y como eres, empezado por mí que sabes que pase lo que pase yo te querré siempre. Y el que no lo sabe apreciar es porque es un niñato y tienes que empezar a valorarte tú porque si tú no lo haces el resto tampoco lo hará".
Recapacitando con las palabras de su madre, el resto de los días cada vez que se levantaba se miraba al espejo y decía "yo valgo más de lo que creo y mi madre me lo ha demostrado, tengo a la gente que más quiero y que más me quieren a mi lado, qué más puedo pedir".
Y así fue como Julia pasó de ser una niña con complejos a una niña que por dónde pasaba se comía el mundo con tan solo dar un chasquido.

Noelia Vecino 2º B