La excursión empezó cuando nos subimos al autobús. El viaje duró unas dos
horas y se hizo un poco largo. Cuando llegamos a Sepúlveda fuimos a un centro
de cultura que estaba en una antigua iglesia. Allí nos repartieron en grupos,
mientras un grupo veía la exposición el otro veía el vídeo. A mí me tocó en el
grupo que primero veía la exposición. Durante la exposición las profesoras nos
dieron unas hojas con preguntas para completar. La exposición trataba sobre el río, las hoces, sus ecosistemas. Después nos tocó ver el vídeo, no estaba mal y trataba
básicamente sobre los buitres; sinceramente, era un poco largo. Al salir paramos
a tomar el bocadillo (no a comer).
Después de esto empezamos la ruta y las profesoras nos dijeron que
tomáramos apuntes.
La ruta era bonita pero el problema estaba en que nos parábamos en cada
arbusto y árbol para tomar apuntes. La ruta constaba de tres partes:
-Mirador de la Virgen/Puerta de la Fuerza:
Este tramo del camino fue para mí el más aburrido porque era un poco igual todo
el rato. En este tramo del camino encontramos tapaculos, ombligos de Venus y
bosque de ribera. La Puerta de la Fuerza eran los restos de una puerta románica
que daban a una calzada romana.
-Puerta de la Fuerza/Puente de Picazos: En esta parte del camino encontramos cortados con nidos
y muchos chopos.
-Puente de Picazos/Puente de Talcano: Esta parte del recorrido fue para mí la más bonita
porque era la única en la que se veía constantemente el río.
Después de esto nos volvimos a montar en el autobús y fuimos a una ermita
que estaba al lado del río el problema era que el camino de llegada a la
ermita era de casi una hora.
Una vez en la ermita comimos y estuvimos viendo el paisaje, era increíble
lo cerca que estaban los buitres.
Nos montamos otra vez en el autobús y la vuelta fue increíblemente larga me
aburrí como una ostra, no paraba de pensar en la hora de llegar a casa y bajarme
del autobús. Al final llegamos a las siete cuando pensábamos llegar a las seis.
Aún así creo que mereció la pena.
GUILLERMO GORTÁZAR
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Salimos
de Hoyo a las 08:45 y tardamos dos horas en llegar a Sepúlveda. Sepúlveda es un
pueblo de Segovia en la comunidad de Castilla y León. Al llegar estuvimos en la
Casa del Parque que está situada en una antigua iglesia, la iglesia de
Santiago. Que fue destruida y saqueada antes de 1992.
Nos
explicaron allí los ecosistemas que íbamos a visitar y los grupos de animales y
vegetales que hay en ellos.
También
nos pusieron un audiovisual y nos fuimos a comer el bocadillo.
Callejeamos por Sepúlveda y nos fuimos a hacer la ruta por las hoces del
rÍo. Anduvimos 5 km observando el río y los buitres que nos sobrevolaban.
El
autobús nos recogió en un aparcamiento al final de la ruta y nos fuimos a comer
a una Ermita. Nos dejó a un kilometro, tuvimos que andar hasta
ella, pero mereció la pena ver el paisaje lleno de buitres. Comimos allí y nos
fuimos al autobús de vuelta a Hoyo.
ÁLVARO SÁNCHEZ GARCÍA
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La excursión que hicimos los
alumnos de tercero
a Las Hoces del Duratón (Segovia) fue, en mi opinión,
una de las mejores
excursiones que he hecho desde
que
empecé secundaria. Aunque el viaje
en el autobús fue muy
largo, más de lo que
había pensado.
Cuando llegamos a Segovia, fuimos a la Casa del Parque, un
edificio donde hay mucha información
sobre los ríos que
atraviesan Segovia, su fauna y
su flora. El edificio de la Casa del Parque era
una antigua iglesia que fue
reformada para construir en
ella la Casa del Parque.
En la Casa del
Parque vimos un audiovisual con información sobre los animales más
comunes de Segovia.
También vimos la exposición con información que había allí, con varias
explicaciones de las
profesoras y las personas que trabajaban ahí.
Después de estar en la
Casa del Parque, nos dejaron
un tiempo para comer. Después de comer empezamos
el recorrido por
el campo. El recorrido era desde el mirador
de la Virgen hasta la Ermita.
En el camino hacia la
Ermita, pasamos por La puerta
de la Fuerza, varios puentes y también
pasamos cerca de una
fábrica abandonada. Parábamos cada cierto tiempo para
que la profesora nos explicara
la flora y varias características del
paisaje que habíamos estudiado anteriormente en las
clases de Biología y Geología.
Al llegar al final del camino por el
campo, nos subimos
al autobús para llegar a
la Ermita porque
estaba muy lejos
y no nos daría
tiempo a comer si hubiésemos ido andando.
Al llegar a la Ermita todos nos
fuimos a comer y a admirar el paisaje de las hoces
del río con los buitres
y todos sus
animales.
El
viaje de vuelta
fue
mucho más largo y lento que el de ida. Se nos
hizo muy largo a todos y llegamos
mucho más tarde lo esperado.
ANDREA QUIROGA
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Nos
fuimos de excursión a Las Hoces del río Duratón a caminar por una senda
en el campo. Cuando bajamos del autobús fuimos a un pueblo llamado Sepúlveda,
en Segovia. Allí, fuimos a La Casa del Parque en la que nos explicaron cosas
sobre el parque natural en el que estábamos. Después allí había preparada una
exposición con la que teníamos que rellenar nuestra fotocopia con preguntas
relacionadas con los apartados de la exposición y al terminar de verla, nos fuimos
a una sala en la que nos pusieron un documental sobre los distintos
animales, vegetación y el clima de todo el parque natural. Salimos y nos
dejaron 20 minutos libres por el pueblo y después comenzamos la senda. Nos
dividieron en dos grupos y teníamos que ir cogiendo apuntes de lo que la
profesora iba explicando a lo largo del camino. Pasamos por una gran puerta
románica en la que había que pasar en silencio y pedir un deseo para que se te
cumpliese que nos llevaba a una calzada romana. El paisaje era muy curioso en
el que había muchos chopos y alisos, el suelo estaba cubierto de roca caliza e
íbamos siguiendo el recorrido del río. Pasamos por dos puentes y en uno de
ellos nos paramos en silencio cerrando los ojos para escuchar los ruidos de la
naturaleza, el agua y a algún pajarillo a lo lejos cantar. Al terminar la senda
esperamos al autobús y nos llevó hasta un parking en el que teníamos que andar hasta la Ermita
de San Frutos. Por ese camino a los laterales observábamos muy abajo el recorrido
del río y a algún buitre que volaba muy cerca de nosotros. La Ermita estaba en
ruinas y con una cruz enorme en la entrada, detrás de ella había una
explanada en la que nos dividimos cada
uno por su lado y nos paramos a comer. Terminamos y nos volvimos al autobús
andando y empezamos el eterno y largo viaje de vuelta a Hoyo.
LIDIA ESTÉVEZ
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